lunes, 26 de octubre de 2009

LOS MEJORES AMIGOS


Felipe Calderon, Margarita Zavala, y Juan Camilo Muriño durante la presentación del nuevo lema de campaña denominado "La Etapa de los Contrastes", el 14 de marzo de 2006. Foto: Excelsior/Erik Meza

Comentario en Radio Educación, sábado 24 de octubre a las 14.30 horas

LOS MEJORES AMIGOS

Jorge Meléndez Preciado

Mal, en serio, le ha ido a Felipe Calderón en los últimos mil días. Luego del avionazo en que falleció Juan Camilo Mouriño, su más cercano en el afecto, encumbró a otro de sus leales, Germán Martínez, a la dirigencia del PAN. Su trayectoria fue tan errónea como sus escritos semanales en un diario capitalino, El Universal. Tanto así que irritó a los aliados de Felipe, los priistas, cuya jefa, Beatriz Paredes, lo llamó muchacho rijoso y torpe. Luego de la debacle electoral panista, Germán tuvo que renunciar y es hora que nadie sabe dónde anda.

Otro de los adeptos de Calderón, quienes vienen operaron grandes asuntos desde que ambos estuvieron en la secretaría de Energía, César Nava, también fue llevado de la mano de Felipe a la jefatura albiazul, lo cual provocó una molestia entre diversos militantes de la añeja organización. No obstante, se impuso a César y los resultados han sido catastróficos: lo mismo no levantó los bonos de su partido, sino que en su primera declaración luego de los mal realizados cambios fiscales, aplaudidos por Agustín Carstens y Fernando Gómez Mont, el señor Nava irritó a los tricolores y lo más peligroso, unificó a los diferentes sectores que luchan por la candidatura en el 2012.

Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes se lanzaron contra Nava por decir que el más antiguo partido en la nación era culpable de los nuevos impuestos que vendrán. El asunto es tan complicado que ya en el Senado se pretende corregir la plana a los diputados y han saltado diferencias entre todos.

Pero lo más importante, a fin de cuentas, es que Felipe Calderón no tiene a su lado operadores políticos que solucionen conflictos serios. Cuando no es el asunto del SME se descompone el acuerdo fiscal y próximamente saltará como tigre el caso del magro presupuesto a las universidades.
Conclusión: los amigos son buenos para algunas cosas, no para resolver problemas de gran calado.

jamelendez44@gmail.com

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