martes, 6 de enero de 2015

BOTICA R309

Acción #GlobosporAyotzinapa en el Ángel de la Independencia 
Foto: Alejandro Meléndez

BOTICA R309
Jorge Meléndez Preciado
                  Propuestas  e incertidumbre
                  Como es tradicional, los presidentes mexicanos también mandan su carta de deseos, intentando persuadir  a los ciudadanos que sus anhelos serán realidades, lo que jamás ocurre, menos en estos tiempos rebeldes. Enrique Peña Nieto antes de salir  Estados Unidos-  donde le espera una visita amarga porque se le reclamará acerca de la inseguridad, los ataques constantes a los derechos humanos y la mala situación económica, por lo que llevó a siete secretarios-, lanzó siete promesas que, vistas con detenimiento, despiden un tufo electoralista. Todas intentan ganar a la opinión pública y ninguna va al fondo  de los asuntos que preocupan: la inseguridad, el deterioro económico, acotar la impunidad, evitar la corrupción. Peña Nieto dijo que bajará el costo de la electricidad por la reforma energética, algo improbable ya que dicha enmienda no ha funcionado; que desaparecerán los gasolinazos, en lo cual no está de acuerdo la secretaría de Hacienda, los cuales pueden regresar pasadas las elecciones de este año; que los ciudadanos dejaremos de engordar los bolsillos de las telefónicas con 20 mil millones de pesos por las modificaciones en telecomunicaciones, algo real;  que 10 millones de familias recibirán televisores para la nueva señal digital, lo cual es populismo a cuenta de nuestros bolsillos y para negocio de unos cuantos;  que habrá un programa importante para jóvenes emprendedores, la mayoría de quienes están convencidos a  no sufragar por el corrupto PRI; que ¡ahora sí! se impulsará la vivienda en mejores condiciones y no para el enriquecimiento de los cuates Higas, aunque estando en el Infonavit Alejandro Murat, lo que traerá es el regalo de más coches deportivos de funcionarios a sus hijos, y que ya empezó un trato fiscal  preferente a las actividades agropecuarias a los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, el cual ojalá sea así y dé resultados, aunque la burocracia agraria impide cualquier ayuda a los verdaderos campesinos.  Plan que nada tiene de serio, de importante, de   resolver las cuestiones de fondo que necesita el país. Es por ello que la gran mayoría de los analistas consideran  propuestas   de un gobernante de medio pelo y no de uno que tiene ínfulas de estadista. Ni siquiera en la presentación de esos puntos, Enrique   actuó como un buen gobernante, ya que en los seis minutos que duró su alocución únicamente movió la mano derecha (¿símbolo de su gobierno?) y uso corbata roja priista con el fin de identificarse plenamente. Claro, para hacer sentir que estos dos años no son perdidos, dijo que la transformación que vendrá “es el cambio más significativo que ha tenido México en muchos años”. Las cifras actuales lo desmienten de cabo a rabo.
                  Únicamente propaganda
                  En los últimos meses de 2014, la  administración federal erogó cerca de mil millones de pesos para intentar combatir la mala percepción que tienen los mexicanos  luego de los escándalos de Tlatlaya, Ayotzinapa, la Casa Blanca y la mansión de campo de Luis Videgaray, entre otros asuntos. De ellos, 450 millones fueron para la televisión, 175 se destinaron a los periódicos y 100 millones en radiodifusión (Animal Político, 5 de enero); también hubo gastos en  internet y espectaculares. Pero el México que se movió, sobre todo en redes sociales se impuso ampliamente a los anuncios oficiales que insistían, por ejemplo, en la increíble reforma energética, la cual será un fracaso por el hundimiento del precio del barril de petróleo. Para este año se prevé que se utilicen 5 mil millones de pesos en tratar de convencer que vamos a un México con gloria, sin problemas y con gobernantes que ya los quisieran en otras regiones del mundo. Es decir, que ante la falta de resultados nuevamente se intenta lavar cerebros para que la impopularidad gubernamental no crezca y evitar las movilizaciones sociales que se empezaron a dar iniciado este año que se espera peor que el pasado catalogado como horrible. Pero los teóricos diversos, entre ellos Ignacio Ramonet en su artículo: El fin de la televisión de masas, dicen que ya la pantalla chica no es el centro de la atención de muchos, especialmente los jóvenes, quienes se comunican por otros medios.
                  Que vuele la imaginación
                  El domingo 4 a las 12 horas en el Ángel de la Independencia, un colectivo pequeño aunque muy activo, puso en marcha la iniciativa “Globos por Ayotzinapa”. Aglutinados en las siglas ALMAJ, citaron a amas de casa, niños, académicos, periodistas y otros sectores a soltar esos inflables al cielo con los nombres de los muchachos desaparecidos y desear que esta acción lleve a otras, muy diversas, para que no se pierda la esperanza, se levante el ánimo, se muestre que no se olvida y solidarizarse con los padres que no han cejado en su demanda por recuperar a sus hijos. Además, quieren dar lecciones de civilidad a niños y jóvenes, quienes pintaron consignas, desde:  “Vivos se los llevaron; vivos los queremos”, “AYotzinapa vive” o “Fue el estado”, con el fin de  que exijan y no pidan justicia. Se recordaron, también, las luchas:   desde la del 68 a las actuales. Este colectivo planea nuevas protestas en febrero.
                  Dos
                  Moisés Sánchez, en Veracruz, fue secuestrado por un comando que seguramente enviaron autoridades a las que denunció este periodista ciudadano. El  (des) gobernador Javier Duarte dijo que el reportero era taxista (sic que circula siempre), siguiendo con la tradición de sus bufonadas, aunque lo importante es que es un ser humano a final de cuentas. Y en Tepic, Nayarit, asesinaron a la ex reportera de Televisa, Jazmín Sánchez y a su novio. Recordemos que, antes de estos dos casos,   desde que entró Peña Nieto hemos tenido  13 homicidios de periodistas; 6 en 2014,  y cuatro desaparecidos. Sigue la impunidad a todo lo que da, mientras la PGR, la Segob y otras dependencias, silban únicamente. Hace nueve años, recordó Néstor Ojeda (Milenio, 4 de enero), falleció Agustín Granados, autor de la famosa columna: “Dicen los que saben”. Reportero durante años en  Televisa y jefe de prensa del GDF con Rosario Robles, entre muchas otras actividades de este que fue militante del PCM.

@jamelendez44
Acción #GlobosporAyotzinapa en el Ángel de la Independencia 
Foto: Alejandro Meléndez


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