miércoles, 31 de octubre de 2012

¿QUÉ ESPERAR DE LOS NUEVOS MINISTROS?


 Sesión del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Foto: SCJN
¿QUÉ ESPERAR DE LOS NUEVOS MINISTROS?
Jorge Meléndez Preciado
                Obviamente nadie, menos en el periodismo, se  puede asegurar qué ocurrirá con funcionarios que llegan a responsabilidades de primer orden. Menos aún en un sitio donde la gran mayoría no tenemos un conocimiento profundo de sus entrañas: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). El manejo de las leyes, como el de la economía o la medicina, por citar tres casos, no es sencillo y en muchas ocasiones se necesita especialización para entender lo que se discute y las medidas a tomar.
                Antaño, a los ministros los nombraba sin más el presidente de la República. Incluso uno de ellos, de apellido Del Río, fue a representar a un mandatario azteca a Colombia, lo cual mostraba abiertamente lo supeditado que estaba el poder judicial al ejecutivo.
                Entre las pocas cosas buenas que hizo Ernesto Zedillo (el abusador del poder en beneficio de unos cuantos), fue  reconstituir a la Corte. Desde entonces los que entran deben pasar no  sólo por el filtro presidencial y su comparecencia en el Senado, sino incluso hacer algunos pronunciamientos que alerten a la opinión pública quiénes son y qué se proponen.
                Una de las participantes en esta auscultación, la magistrada de un tribunal en Puebla, Rosa María Temblador, luego de sorprenderse cómo llegó a esta etapa, dijo: “considero que está cambiando nuestro país que necesariamente dos ejecutivos tuvieron que ponerse de acuerdo para decidir algo histórico y maravilloso como que ahora estén presentándose dos ternas”. Independientemente de su no muy buena prosodia y de que lo  considera maravilloso debía ser un acto racional en política, los acuerdos entre gobiernos entrante y saliente, la verdad es que hace rato se sabía que Calderón y Peña había acordado impulsar a varios.
Al decir de algunos  columnistas, los elegidos serán Alberto Gelacio Dayán  y Manuel Baráibar Constantino. Ya veremos si los periodistas cercanos al poder y filtradores de datos, aciertan en sus predicciones. Y de ser así habrá una manipulación contra las tres mujeres propuestas, la mencionada Temblador, Emma Meza y Andrea Zambrana, lo que muestra, nuevamente, un proceso amañado, sin posibilidades de airear la vida pública.
El magistrado Pérez Dayán ha dicho respecto al aborto que debe ser “el último reducto al que recurra una mujer en México”. Al inquirirle si está de acuerdo que  en algunas entidades se castigue la interrupción del embarazo, se dijo respetuoso de  los estados que penalizan e insistió que interrumpir la gestación debe ser la última salida.
Además, aseguró ser  un ferviente defensor de la vida.
Las dos opiniones muestran algo: tiene una relación estrecha con la ideología del PAN y, seguro, es uno de los candidatos del organismo donde militan Felipe Calderón y la integrante de El Yunque, Cecilia Romero.
Habría que decirle al jurista Pérez Dayán que las feministas han insistido, una y otra vez, y otra vez, que las mal llamadas abortistas y las personas que practican este tipo de operaciones, no lo hacen ni por deporte, ni porque les dé la gana, ni por impresionar a sus amigas en una charla de café, sino debido a muchas cuestiones, entre ellas las violaciones  que han padecido, y por lo tanto, son responsables y valientes, ya que frecuentemente  arriesgan la vida.
Insistir en eso de que “en última instancia”, es no comprender ni a la sociedad machista que vivimos, ni a ellas, ni mucho menos los avances a nivel mundial en este terreno, los cuales por cierto están muy bien trazados en estados como el DF con resultados muy alentadores ya que existen las condiciones para evitar los fallecimientos.
Don Manuel Baráibar, quien exoneró a Raúl Salinas de Gortari, dijo que no únicamente en ese caso sino en muchos otros donde ha tomado riesgosas decisiones, volvería a dictar los mismos fallos ya que no tuvo dudas de su proceder.
Tiene en parte razón, ya que el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, atribuido al hermano de Carlos Salinas, fue un enredo mayúsculo  donde, no olvidemos, se utilizó una vidente y se hicieron las especulaciones más absurdas en lugar de hacer una investigación científica. Algo en lo cual por cierto, no se le imputó ninguna  responsabilidad al procurador en turno, Alfonso Lozano Gracia, del despacho de Diego Fernández de Cevallos. Lo que muestra  la ausencia de castigo de los funcionarios en turno cuando llevan a cabo  acciones indebidas.
Al ser cuestionado por la senadora Dolores Padierna acerca de sus vínculos con el PRI y la fortuna muy explicable de Raúl Salinas- apodado el diez por ciento, ya que asegura cobraba dicha comisión para que algunos empresarios hicieran negocios-, Baráibar defendió nuevamente su decisión y dijo que  “cuando resuelve en cualquier caso no toma en cuenta la investidura de quienes participan” en el asunto. Y así debe ser, pero eludió sus nexos con el priismo más importante en los últimos gobiernos, incluido éste.
No se olvide que don Manuel exoneró de fraude procesal a Onésimo Cepeda, a quien se acusa de despojar de cientos de millones de dólares en obras de arte a una ilustre señora.
Como vemos, PAN y PRI serán los beneficiarios entre los nuevos ministros y no la sociedad que debe tener absoluta confianza en  el máximo   tribunal que imparte justicia. 
Mención aparte, la jueza Emma Meza, exaltó que la PGR tenga una fiscalía para la protección de informadores y consideró un logro que contribuirá a la libertad de expresión. Algo que por desgracia, hasta ahora, no ha sido así dada la indiferencia de las autoridades calderonistas, quienes han creado varias dependencias para aumentar la burocracia, dar atole con el dedo y gastar dinero en propaganda que nadie cree.
El relevo de Salvador Aguirre Anguiano  y Guillermo Ortiz Mayagoitia no será algo que levante el optimismo, sino un fruto de la partidocracia que se reparte todo para mal de la nación.
jamelendez44@gmail.com
Twitter: @jamelendez44

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