viernes, 2 de octubre de 2009

PARAR Y/O ATURDIR OREJA


Colaboración para la Revista Etcétera del mes de octubre de 2009.

PARAR Y/O ATURDIR OREJA

Jorge Meléndez Preciado

Para Emilio Ebergenyi, Raúl Jardón y Agustín Granados

Creo, esquemáticamente, que hay dos etapas del radio en México: cuando era un vehículo para escuchar atentamente e incluso reunir familias y el estruendo actual donde la vibración importa más que nada.

En mi infancia y parte de adolescencia, los aparatos eran iguales pero el mueble imprimía el sello a la familia que lo poseía. En los pobretones, era cuadrado y simple; de la clase media para arriba, la fina madera, el diseño, los botones e incluso algunas teclas de metal o hasta marfil daban el toque de “distinción”.

Los primeros incluso sacaban a la banqueta sus aparatos, mecedoras y hasta hamacas y mientras comentaban con parientes y amigos- tendencia que aún perdura en algunas entidades sureñas- oían música, radionovelas y ocasionalmente otros programas; algunos de esos citadinos vivían en accesorias, es decir, no en cuartos al interior de una vecindad sino aposentos que tenían puertas a la calle. Quienes habitaban en edificios antaño modernos, se congregaban básicamente los domingos por la noche a escuchar algunas series entonces famosas.

Una de ellas iniciaba así: “Cuidado Carlos…Dispare Margot, dispare”. Era el detective apellidado Lacroa (¿Lacroaix?), quien le ordenaba a su secretaria que hiciera fuego contra algún enemigo amenazante- estampa única en las series policiacas. Claro, no faltaban los músicos desde el estudio Azul u Oro de la W. Agustín Lara, Pedro Infante, Toña “La Negra”, Jorge Negrete y el todavía famoso Pedro Infante entre muchos. Y las comicidades del Panzón Panseco; las sapiencias de Tomás Perrín, Pepe Alameda (toros) y Antonio Andere (deportes), más los concursos del “Doctor IQ”.

Cuba nos dio, cuando menos, dos inolvidables emociones: la radionovela “El derecho de nacer”, basada en la obra de Félix B. Cagnet y “La tremenda corte”, súper actual por los despropósitos del juez y las picardías de “Tres patines”.

Llegó la modernidad y la posmodernidad y la evolución fue en todo. Los aparatos empezaron a producirse de diversos materiales, especialmente y hasta ahora de metal y plástico; las bocinas aumentaron de tamaño; las selecciones iban desde El Fonógrafo- música para veteranos- hasta las hoy en decadencia de rock pasando por las que se hicieron informativas 24 horas a fuerza, XEX, en la época de Luis Echeverría (antecedente de Formato 21).

Como olvidar a XELA (concesionada), una joya que aguantó muchos años hasta que la transformaron para mal. Las actuales Radio UNAM y 94.5. Todas ellas con música culta, sinfónica o como usted la denomine.

Muchas, buscando público, hicieron y todavía hay: la Hora de Pedro Infante, Los Beatles, Javier Solís, Luis Miguel y Chente Fernández.

Las de Bandas son ahora las más escuchadas. Recientemente el novelista Elmer Mendoza, en un programa de tele acerca de Los Canelos de Durango y los corridos de narcotraficantes, dijo que ese ritmo le ganará a los mariachis. Seguramente no, pero es imposible cerrar los ojos ante la realidad de una cultura que está entrelazada con Estados Unidos, como bien anota Guillermo Gómez Peña en sus diferentes libros.

Claro, la información se ha vuelto una mercancía que atrae, distrae y manipula a los oyentes. Hay más de 25 noticiarios diferentes, sobre todo en las mañanas, todos luchando por ser los primeros en audiencia. Diversas encuestas leemos a cada rato, donde se dice que alguno es el “número uno”.

Viene a la memoria, obviamente, José Gutiérrez Vivo. Duró un cuarto de siglo en el cuadrante, la mayoría del tiempo en la cúpula. Innovó en muchos sentidos, supo aprovechar las experiencias de la radio cultural y desarrolló un grupo de profesionales que chambean en diversos medios. Una jugada perversa de Marta y Vicente Fox, además de pésimos manejos administrativos- la compra y fracaso en El Heraldo de México, amén del adeudo a varios colaboradores-, lo sacaron del juego.

Carmen Aristegui también fue “dejada en el aire”, por el grupo Prisa y Televisa (verso sin esfuerzo). Asunto que todavía se debate pero no se aclara por los dos consorcios mencionados. Hoy está, para bien de sus seguidores y la libertad, en MVS, incluso en pantalla.

Radio Fórmula, de Rogerio Azcárraga, es el más importante en noticias. Aunque frente a periodistas de toda la vida: Pepe Cárdenas, Ricardo Rocha, López Dóriga, et al tenemos locutoras simples: Paola Rojas, entre las más “apantallantes”.

Imposible dejar de mencionar a Radio Educación, un oasis en el cuadrante y sus múltiples aportaciones (saludos, Antonio Tenorio Muñoz Cota) y, desde luego, al Imer, con sus vaivenes pero hoy a cargo de la compañera Ana Cecilia Terrazas.

Recuento a ojo de pájaro.


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