Foto: Alejandro Meléndez.
Comentario en Radio Educación, sábado 10 de octubre a las 14.30 horas
¡AGARREN AL QUE SEA!
Jorge Meléndez Preciado
No es novedad. Más bien es práctica común desde antes de la revolución mexicana. Pero la frase atribuida a Porfirio Díaz, ¡Mátenlos en caliente!, sintetiza claramente que la justicia no existe en nuestro país, no obstante lo que se haya avanzado en ese terreno.
Las pruebas son irrefutables, sobre todo por la tremenda Corte: el caso de Lydia Cacho y el prepotente góber precioso, la leve llamada de atención a Enrique Peña Nieto por el horror de la golpiza a los habitantes de Atenco y la más reciente, exonerando a Ulises Ruiz y Vicente Fox de cualquier agravio a los oaxaqueños. La lista es mayúscula pero aquí están los ejemplos de que influyentes y políticos son intocables, como titulaba sus escritos el abusivo de José Luis Mejías.
En el otro lado, cuando se trata de pueblo, siempre hay quien culpa hasta los muertos. No es metáfora, existen hechos incontrastables al respecto. Un caso para Guiness es el de Ramón Villareal, donde la PGR y su nuevo titular, Chávez Chávez, han mostrado el ridículo a que se puede llegar.
Pero no es todo, intentan superar su desacierto. Ahora, por medio de videos, pretenden que el culpable de las bombas en el DF es Víctor Cilia, hijo de David, un famoso irreverente contrario al sistema. El joven, Víctor, encabezó manifestaciones oponiéndose a las corridas de toros, muy en su derecho y voluntad. Pero ya sabemos que hasta el aire molesta al Príncipe. Por lo tanto, cualquier viento será acusado de ciclón al rozar la cara del soberano, o, para decirlo en la retórica de Leduc, el poeta, “A mi se me resbala el sufrimiento/ porque me embarro el alma de cinismo”.
¿No es hora, todos, de poner un alto a la arrogancia y el autoritarismo? Llamado que no deben echar en saco roto quienes perdieron a sus hijos. Y aquellos que todavía los tenemos con vida.
jamelendez44@gmail.com
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