Marcha del 02 de octubre de 2012. Foto: Alejandro Meléndez
A LOS 44 DEL 2 DE OCTUBRE
Jorge Meléndez Preciado
A las últimas marchas
que asistí en conmemoración del 2 de octubre, podíamos encontrar a dos
contingentes muy diferenciados. Quienes había participado en dicho movimiento y
una cantidad de jóvenes que se expresaban ruidosamente. Unos y otros parecían
seguir un guión diferente. Los primeros muy ordenados y varios tratando de
estar en primera fila; los segundos, incluso retando a los policías.
Ahora, las cosas han
cambiado. La aparición del #YoSoy132 ha traído más conjugación de esfuerzos,
integración de los veteranos a los muchachos y, afortunadamente, una mayor
cantidad de investigaciones que muestran la inconformidad con una matanza que
no se ha aclarado y, con el agravante que jamás se ha castigado a los
responsables del bárbaro acto en Tlatelolco, la mayoría de ellos, por cierto,
ya fallecidos.
En este último caso,
se muestra que el 2 de octubre no puede olvidarse, ya que vivimos en un sistema
que posibilita la impunidad, la arbitrariedad, la prepotencia y hasta la
humillación de generaciones que entienden cada vez más: la justicia en México es inexistente.
Recientemente, el
historiador Alberto del Castillo
Troncoso presentó el libro: Ensayo sobre
el movimiento estudiantil de 1968/ La Fotografía y la construcción de un
imaginario (Instituto Mora/ IISUE- UNAM). El trabajo investiga más de 10
mil imágenes de aquellos años. Lo mismos
en periódicos de la época que en materiales de los fotorreporteros: Rodrigo
Moya, Enrique Bordes Mangel, Héctor y María García, Aarón Sánchez, Enrique
Metinides y Daniel Soto.
Además, pudo usar el Archivo General de La Nación.
El autor llega a una
conclusión: la prensa era un peón del Estado. Algo que avala la consigna principal
de quienes se levantaron hace 44 años:
“Prensa vendida”.
No está demás corroborar que el clamor popular era acertado.
Más bien es importante darse cuenta que las masas, como antaño se les decía, si
bien no tenían un conocimiento preciso
de lo que ocurría, si entendían bien por dónde iba la ruta a seguir. Y algo les
daba la pista- aparte de un titular del jueves 3 de octubre en El Sol de México: “Barrió el ejército
con un foco de subversión en Tlatelolco”-, el noticiario 24 Horas con Jacobo Zabludovsky, el principal desinformador social y defensor a ultranza del gobierno en turno.
(Cualquier semejanza
con los ataques a los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, es mera
coincidencia entre los medios anotados y otros más. Es la hora, por cierto, que Televisa no abre sus archivos de aquellos
siniestros años).
Una de las colecciones
que no rastreó, o no pudo, Del Castillo, fue el periódico Excélsior, que tenía una gran hemeroteca, incluso en la época que
estuvo a cargo de Regino Díaz Redondo.
En el portal Sin embargo, la siempre valiente
Sanjuana Martínez, presenta una serie de imágenes que le hicieron llegar
anónimamente, señalándole que fueron tomadas por un fotógrafo oficial. En las
mismas hay descubrimientos, entre otros cómo es bajada en camilla una persona.
Pero también reiteraciones: la participación de los hombres del guante blanco
en la mano izquierda, que eran del Batallón Olimpia, y que, se sabe, fueron los
primeros en disparar contra la multitud y el ejército, el cual fue llevado a
una trampa. No por los estudiantes, sino por miembros del estado Mayor Presidencial,
por la Presidencia de la República y la
secretaría de Gobernación.
Está circulando en Youtube
el más reciente documental del Canal
Seis de Julio, en colaboración del periódico La Jornada. El mismo, titulado “Las claves de la masacre”, continúa la indagación que se hizo anteriormente en:
“Operación Galeana”. El actual tiene algo muy original: las versiones de los
habitantes de Tlatelolco, los cuales dan
su punto de vista de cómo estuvieron los
acontecimientos y de dónde dispararon en varios momentos.
Las tropas desplegadas
eran tales que parecía iban a combatir para salvar la patria, aunque únicamente se tratara de un mitin
en el cual había ocho mil personas. Y
una de las escenas muestra a un soldado defendiendo con su vida a una niña, lo
que da idea de lo perverso y ruin que
fueron los orquestadores de esta masacre, independientemente del número de
víctimas, que un cable del Departamento de Defensa de los Estados Unidos estima
entre 150 y 200.
En la operación contra
los alumnos y pobladores estuvieron coludidos policías, fuerzas armadas, un
argentino que formó después la abominable Triple A (Héctor García Rey), la CIA
y quizás hasta mafiosos. En tanto los mismos servicios de inteligencia gringos
dicen que ni la URSS ni Cuba participaron de ninguna manera en este rechazo al
despotismo mexicano.
Tiene razón el
escritor Heriberto Yépez: “Como pedirle a una cultura que olvide una masacre
dolorosa en un régimen político que
precisamente funciona gracias a la desmemoria histórica”.
Por lo que 2 de
octubre no se olvida, pero tampoco se perdona. Y sólo buscando la verdad
podremos curar una herida que todavía sangra.
jamelendez44@gmail.com
Twitter: jamelendez44
Marcha del 02 de octubre de 2012. Foto: Alejandro Meléndez
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